Playa, montaña, parque o ciudad, los rayos ultravioletas no distinguen destinos ni formatos de vacaciones. Una guía útil para no fallar en el ritual hogareño de la crema protectora.
Tras décadas de escuchar el sermón sobre los cuidados con el sol -actitud clave para evitar desde arrugas hasta enfermedades como el cáncer de piel- una parte de los viajeros parece haber tomado consciencia de que los rayos ultravioletas (UV, que se dividen, según sus efectos, en UVB y UVA) son realmente nocivos. Y lo más importante, que el protector solar es un salvavidas... El único salvavidas aparte de la sombra cerrada.